viernes, 28 de diciembre de 2012

Faltan 5 para las 12:00.



En el último día de Diciembre, mi madre y yo pusimos la radio sin buscar una emisora en particular porque en ese momento todas tienen la canción característica de la época la que nunca pasa de moda, la más popular en toda Colombia: “faltan cinco para las doce” y con esta canción el conteo  de los locutores se da a lugar, cinco…cuatro… tres…dos…uno. FELIZ  AÑO!!! E inmediatamente la sirenas y la pólvora anuncian la partida de un año viejo y cansando y la llegada de otro nuevecito.


En ese momento con mi mamá nos fundimos en un fraternal abrazo nos bendijimos mutuamente y brindamos por la inmensa felicidad  que Dios nos daba de tenernos  juntas, fue muy hermoso.

Pero, antes de esto esa misma noche,  mi mamá y yo vivimos  una experiencia muy especial; como a eso de las nueve ya habíamos  saboreado unas cuantas  galletas de la cajita metálica y  redonda  de siempre que después llenamos de botones e hilos, y también ya estaban cocinándose   las papas para la ensalada que acompañaría nuestro pavo, en eso  como de la nada aparece en nuestra sala,… no lo van a creer… una… una…una cucaracha… ¡!!Qué horror!!!! Y para más fastidio era voladora y para colmo de males  no teníamos ningún insecticida…qué situación más molesta.   Entonces  nos armamos de una escoba para enfrentarnos al bicho, pero esta volaba y se nos desaparecía  para luego aparecer por otro lado,   por fin mi mamá logró derribarla del techo con un escobazo y no la volvimos a ver, esperamos  un buen rato que apareciera y nada; finalmente y como para darnos animo concluimos que el golpe la habría matado  y estaría en algún rincón. Retomamos nuestra preparación de la cena aunque  siempre vigilantes por si acaso, la verdad es que para dicha nuestra no volvió a aparecer.

Pero que fue lo interesante de este evento tan molesto   que mi mamá que siempre se va acostando a dormir  tipo diez de la noche a causa del sueño, con todo el ajetreo del bicho el sueño se  esfumo lo cual permitió que  recibiéramos el año juntas como lo relaté antes,   fundidas en un abrazo.

Reflexión:      
A  veces una situación aparentemente inconveniente puede ser el incidente para provocarnos a hacer aquello que nos lleva a  bendición.   







 









viernes, 9 de noviembre de 2012

Por Favor no me llamen Oveja !!!


A raíz que el Señor  me  diera el regalo de la oveja, la gente me empezó a identificar con ella y empezaron a llamarme ovejita; cuando  me saludaban me decían: “ Hola Ovejita”, y si se despedían decían:“Adiós  Ovejita”, cuando me veían venir de lejos decían: “Allí viene la ovejita”.

Al comienzo me pareció divertido hasta podría decir que me simpatizó,  pero al oír que a veces los apodos nos atan, condicionándonos al significado del porque nos nombran así, me di a la tarea de averiguar que  era a lo que me estaban atando cuando me llamaban“ovejita”.
Lo que encontré no me gustó mucho. Aprendí que las ovejas son unos animalitos bastante cegatones (miopes) porque no pueden ver bien después de cierta distancia; son temerosas  generalmente están  de pie alertas al peligro;  se asustan con nada porque son nerviosas, si alguna es espantada y sale corriendo las demás ovejas también salen alarmadas tras ella, sin saber el porqué; además son bastante torpes porque  comprenden muy lentamente y otras cosas más.

Entonces dije: AYYY!!! No Señor, no quiero que me aten a este animalito le diré a la gente que por favor no me llamen Oveja.  Entonces El Señor hablo a mi corazón y me dijo: “ pero, si tú eres eso  y mucho más,  alégrate en ser mi oveja, alégrate que yo soy tu Pastor que te cuida, que  veo  lo que tú no ves, que te alimento, que te protejo y que te amo con amor eterno.
Había tanta paz y tanto amor en lo que me ministro el entendimiento de sus palabras que comprendí porqué El nos llama ovejas y lo que esto  significa y desde allí cada vez de que me decían “ovejita” sonreía y pensaba en mis adentros, si, torpe y cegatona (miope) pero una “oveja feliz”.


Salmo 23

1 El Señor es mi pastor;

Tengo todo lo que necesito.

2 En verdes prados me deja descansar;

Me conduce junto a arroyos tranquilos.

3 Él renueva mis fuerzas.

Me guía por sendas correctas,

Y así da honra a su nombre.

4 Aun cuando yo pase

Por el valle más oscuro,

No temeré,

Porque tú estás a mi lado.

Tu vara y tu cayado

Me protegen y me confortan.

5 Me preparas un banquete

En presencia de mis enemigos.

Me honras ungiendo mi cabeza con aceite.

Mi copa se desborda de bendiciones.

6 Ciertamente tu bondad y tu amor inagotable me seguirán

Todos los días de mi vida,

Y en la casa del Señor viviré

Por siempre.

Ten presente este salmo , te sera de mucha bendición.

jueves, 16 de agosto de 2012

Un regalo con una etiqueta de los cielos.



De niña recibí regalos, pero como no crecí al lado de mi padre siempre añoré un regalo suyo. Nunca viví lo que era que papá llegara con una caja de regalo para mí, que de su interior saliera una linda muñeca y yo corriera feliz a sus brazos para darle muchos besos de agradecimiento. Por eso fue que pasados los años, al tener mi primer encuentro personal con Jesús, le pedí un regalo especial, algo que me ministrara el amor del padre que no tuve. Entonces sucedió algo maravilloso,  ese día me llegó un presente de mi Padre Celestial: era un regalo con una etiqueta de los cielos,  pero en el no venía una muñeca sino con una linda y lanuda ovejita, y con ella el amor paternal que tanto había anhelado. Así Dios me dio el diseño del personaje Hefzi-bá, que con el tiempo se convirtió en la empresa que ustedes hoy conocen como Ovejitas & Ovejitas.

Dedico este testimonio a Roosevelt Muriel, la persona que un día me habló de Jesús, el dador de regalos que se convierten en grandes sueños que se hacen realidad.

Hoy sé por experiencia propia que Dios quiere regalarnos y bendecirnos más de los que podemos imaginar o pedir. ¿Pero sabes que es lo más hermoso? que todavía el cielo está lleno de regalos y en uno de ellos hay uno con una etiqueta que lleva tu nombre. Deseo de todo corazón que este año para ti descienda de los cielos ese regalo especial y que el Señor te sorprenda con su amor.


Espera pronto una nueva historia...